Museo de Río Seco

Sala de exposición del museo. Fotos: Museo Río Seco / @mhnrioseco.

Desde el primer momento que me hablaron del Museo de Historia Natural Río Seco rondó en mis pensamientos la inquietud por conocerlo. Sabía vagamente lo que estaban haciendo, veía fotos donde un grupo especializado de trabajadores del museo que acudían a un varamiento de una ballena en el Estrecho de Magallanes, pero nunca me imaginé que me iba a impresionar tanto del trabajo acumulado y lo interesante de este proyecto. Ya el lugar físico donde esta ubicado el museo habla por si mismo. Un antiguo frigorífico construido por la South American Export Syndicate Ltda el siglo pasado. Así lo dice una pequeña inscripción en la entrada del museo. Un conjunto arquitectónico conformado por tres grandes galpones y varias casas que rodean a estos.

"¡Quedé boca abierta! Nunca había estado en un lugar así. Era como una habitación de un naturalista del siglo XIX. En los estantes se podían ver frascos con formalina y extrañas criaturas dentro de ellos, además de docenas de esqueletos de casi todos los animales de la región"

Sala de exposición del museo. Fotos: Museo Río Seco / @mhnrioseco.

Desde el momento en que atravesé el pórtico de entrada al museo mi amiga Aymara Zegers y Miguel Cáceres (trabajadores del museo) me comenzaron a mostrar el trabajo que estaban realizando. Nos dirigimos rápidamente al primer galpón donde sentí un fuerte olor a descomposición. Al ingresar me encontré con grandes vertebras y huesos de ballenas dispersos todos en el interior, producto de un gran cetáceo varado en Tierra del Fuego. El lugar estaba lejos de parecer un “museo” pero me parecía realmente interesante poder visualizar el proceso de reconstrucción del esqueleto y poder contar una por una las vertebras de este gran animal (54).

Sala de exposición del museo. Fotos: Museo Río Seco / @mhnrioseco. 

Seguidamente me condujeron a una casa contigua que servía como taller de trabajo para el “ensamblaje” de distinto tipo de esqueletos de animales. ¡Quedé boca abierta! Nunca había estado en un lugar así. Era como una habitación de un naturalista del siglo XIX. En los estantes se podían ver frascos con formalina y extrañas criaturas dentro de ellos, además de docenas de esqueletos de casi todos los animales de la región, cernícalos (Falco tinnunculus), flamencos (Phoenicopterus chilensis), pingüinos magallánicos (Spheniscus magellanicus), castores (Castor canadensis), entre muchos otros. Podría haber pasado horas en ese lugar. 

Sala de exposición del museo. Fotos: Museo Río Seco / @mhnrioseco.

La tercera sala que fuimos a conocer era la más “museo” de todo el recorrido. Perfectamente montada y ambientada con un gran número de esqueletos de animales de todo tipo, demuestra el prolijo trabajo que están llevando a cabo en este museo, que sin mayores pretensiones ni grandes financiamientos estatales, han podido construir una muestra muy completa de gran parte de la fauna local de la región de Magallanes. Sin duda alguna este lugar se transformó en un imperdible para cualquier persona que viva en la región o turista que pase por ella. Es una forma clara y didáctica para entender el entorno que nos rodea y la protección imperiosa que requieren los lugares en que estas criaturas viven, se reproducen y mueren.

Sala de exposición del museo. Fotos: Museo Río Seco / @mhnrioseco.

¿Como llegar?

El Museo Río Seco está ubicado hacia la salida norte de Punta Arenas (en dirección al aeropuerto). Desde la carretera misma se ven varios carteles que indican este sector. El museo está ubicado en la costanera que da hacia el estrecho.

Datos Importantes

Por ahora este museo funciona mas bien como un taller en proceso, sus trabajadores casi siempre andan en terreno recolectando animales o trabajando en los montajes. Lo que les deja poco tiempo para tener horarios fijos de visita. Por lo cual cada cita tiene que ser solicitada a través de la página de facebook (https://www.facebook.com/mhnrioseco) o al celular personal de uno de los trabajadores (Aymara Zegers +569 51003791). No se cobra entrada al museo pero si se recomienda dejar un aporte voluntario para permitir el financiamiento, en parte, de las labores que este lugar realiza.

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